Los Nukak, como se ha mencionado, son una comunidad indígena en vía de extinción, ya que se les ha prestado muy poca atención, en lo relacionado con su preservación y cuidado.
En el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, con el fin de discutir temas concernientes a los Nukak, se reunieron el 12 de marzo del año 2009, delgados del gobierno, representantes de los pueblos indígenas a nivel nacional y entes del control como la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación y la Dirección de Etnias del Ministerio del Interior.
En esta reunión, la Dirección de Etnias presentó una propuesta de Decreto, que sería discutido con las organizaciones indígenas y con el ministerio público. La idea principal de este era ejecutar un plan de recursos destinados al pueblo Nukak, que están represados desde 1994 hasta esa fecha, y que sumaban aproximadamente 2.000 millones de pesos.
Sin embargo, los indígenas rechazaron el Decreto, pues señalaron que este debía basarse en un diagnóstico previo de su situación, del conflicto y de problemas de orden público del Guaviare. Además, pidieron que hubiera una intervención directa de ellos para la creación de un plan de vida y que no intervinieran en su autonomía, su soberanía y su autoridad.
Es evidente que el panorama para esta comunidad no es alentador, debido a que lo proyectos que han implementando o tratado de ejecutar las instituciones gubernamentales y no gubernamentales, no aseguran la permanencia de los Nukak como pueblo.
Es claro que casi ningún proyecto se ha dirigido hacia una construcción colectiva con los Nukak de lo que realmente ellos necesitan, no les han preguntado si ellos de verdad quieren salir de sus tierras, o de vestirse como lo hacen los citadinos. Entonces, paulatinamente los han ido trasladando y absorbiendo hacia un mundo de tecnologías, a un mundo totalmente globalizado y diferente al de ellos. Todos los proyectos han devastado su cultura.
Además de lo anterior, el conflicto armado que se vive en esta zona del país juega un papel muy importante en la desaparición de esta comunidad. Ellos ya no pueden vivir en lugares especiales para poder cazar, pescar y recoger frutos silvestres. Son amenazados constantemente y reclutados para participar activamente en la guerra.
Por otro lado, en el 2010 la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, aclaró que el periodo presidencial de Uribe terminó en esta materia con un aumento del 63% en los asesinatos de indígenas en 2009, en comparación con 2008. También está el conteo de la ONIC de 74.000 indígenas desplazados entre 2002 y 2009, a una tasa mucho mayor que el resto de la población, según cifras del DANE y Acción Social.
En el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, con el fin de discutir temas concernientes a los Nukak, se reunieron el 12 de marzo del año 2009, delgados del gobierno, representantes de los pueblos indígenas a nivel nacional y entes del control como la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación y la Dirección de Etnias del Ministerio del Interior.
En esta reunión, la Dirección de Etnias presentó una propuesta de Decreto, que sería discutido con las organizaciones indígenas y con el ministerio público. La idea principal de este era ejecutar un plan de recursos destinados al pueblo Nukak, que están represados desde 1994 hasta esa fecha, y que sumaban aproximadamente 2.000 millones de pesos.
Sin embargo, los indígenas rechazaron el Decreto, pues señalaron que este debía basarse en un diagnóstico previo de su situación, del conflicto y de problemas de orden público del Guaviare. Además, pidieron que hubiera una intervención directa de ellos para la creación de un plan de vida y que no intervinieran en su autonomía, su soberanía y su autoridad.
Es evidente que el panorama para esta comunidad no es alentador, debido a que lo proyectos que han implementando o tratado de ejecutar las instituciones gubernamentales y no gubernamentales, no aseguran la permanencia de los Nukak como pueblo.
Es claro que casi ningún proyecto se ha dirigido hacia una construcción colectiva con los Nukak de lo que realmente ellos necesitan, no les han preguntado si ellos de verdad quieren salir de sus tierras, o de vestirse como lo hacen los citadinos. Entonces, paulatinamente los han ido trasladando y absorbiendo hacia un mundo de tecnologías, a un mundo totalmente globalizado y diferente al de ellos. Todos los proyectos han devastado su cultura.
Además de lo anterior, el conflicto armado que se vive en esta zona del país juega un papel muy importante en la desaparición de esta comunidad. Ellos ya no pueden vivir en lugares especiales para poder cazar, pescar y recoger frutos silvestres. Son amenazados constantemente y reclutados para participar activamente en la guerra.
Por otro lado, en el 2010 la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, aclaró que el periodo presidencial de Uribe terminó en esta materia con un aumento del 63% en los asesinatos de indígenas en 2009, en comparación con 2008. También está el conteo de la ONIC de 74.000 indígenas desplazados entre 2002 y 2009, a una tasa mucho mayor que el resto de la población, según cifras del DANE y Acción Social.
Por: Stephanie Alférez
Correo: s.alferez@hotmail.com
Para más información:
http://www2.facso.uchile.cl/psicologia/postgrado/magister/comunitaria/publicaciones/cuadernos/ct_07.pdf#page=33
http://www.dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=antidiscriminacion&publicacion=770
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